Las sombras son muertos vivientes que se forman en las tinieblas y drenan la fuerza a los seres vivos.
Son tan oscuras que sólo son detectables con una luz muy brillante, el resto del tiempo parecen sombras comunes.
Su origen es mágico; un mago arrojó una maldición a un muerto enemigo y de ahí surgió la primera sombra. Las sombras merodean desde entonces por ruinas, cementerios y mazmorras.
Las sombras habitan entre dos planos; en el plano material primario (en el que vivimos los humanos y el resto de los seres vivos), bajo la forma de una sombra, y en el plano material negativo, bajo la forma del ser vivo que era antes de su muerte.
Cuando atacan, su contacto frío hace que se entumezcan las articulaciones de la víctima, que queda casi paralizada, perdiendo, además, los sentidos del olfato, el tacto y el oído. En ese momento, las sombras comienzan a drenar y consiguen dejar a su enemigo sin energía. La víctima pasa al plano material negativo, dejando sólo su sombra en el plano material primario. Algunas víctimas mueren antes de llegar a ser drenadas por completo y, entonces, son abandonadas por la sombra.
Las sombras son seres de inteligencia baja, sin embargo, tienen una excelente movilidad por lo que pueden levitar a voluntad y pasar desapercibidas. Son inmunes al frío y a ciertos hechizos y conjuros, como el del sueño.
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