martes, 25 de febrero de 2014

Cíclope

Los cíclopes son gigantes de un solo ojo, muy fuertes, tercos y de emotividad abrupta.
Su único ojo es de gran tamaño y está situado en el centro de la frente. A este ojo se le atribuyen poderes especiales, ya que es capaz de desintegrar casi cualquier cosa con una mirada.
Según la mitología griega existen dos generaciones de cíclopes:
  • La primera generación fue la formada por tres hermanos, que han sido llamados los “Artesanos Principales”.
  • La segunda está formada por un grupo de cíclopes que vivían en Sicilia.
La primera generación de cíclopes estaba formada por los hermanos; Arges (resplandor), Brontes (trueno) y Steropes (relámpago). Estos 3 cíclopes eran, junto a los titanes y los gigantes de las cien manos, los hijos de Gaia y Urano. Se convirtieron en los herreros forjadores del Olimpo de los Dioses dada su gran aptitud para manejar el metal. También forjaron el rayo de Zeus.
Urano, que odiaba a sus descendientes, mantuvo a los cíclopes presos en el interior de Gaia (la diosa Tierra) hasta que fue abatido por otro de sus hijos: Cronus (un titán). Cronus temía el poder de los inmensos cíclopes así que los volvió a encerrar. Zeus rescató a los cíclopes y éstos con sus rayos ayudaron a Zeus a vencer a los Titanes.
La segunda generación de cíclopes eran los descendientes de Poseidón y no poseían la habilidad para la metalurgia que tenían sus antecesores. Se dedicaban al pastoreo en Sicilia, donde vivían bajo ninguna ley.
El más famoso de estos cíclopes es Polifemo, uno de los protagonistas de La Odisea de Homero. En el relato se cuenta que Polifemo era especialmente cruel y consiguió atrapar a Ulises y a sus doce compañeros, a los que encerró en una cueva para devorarlos vivos. Día tras día iban cayendo miembros del grupo hasta que Ulises emborrachó con vino dulce al bobo cíclope hasta dejarlo dormido. En ese momento le atacó e hirió su único ojo. Al día siguiente, con el cíclope prácticamente ciego, consiguieron escapar saliendo camuflados con el rebaño de cabras.
Cíclope, de Larry Elmore

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